Las vecinas y vecinos de la urbanización Nuevo Parque denuncian la intención de Renfe de ampliar el Apeadero de Nueva Montaña a costa de la tala del arbolado que separa el barrio de las vías de ferrocarril para sustituirlo por una valla. Según señalan en un escrito que han remitido al Ayuntamiento, este nuevo “arboricidio” podría evitarse si Renfe reconsiderara el emplazamiento de la estación y solicitan una alternativa a la ampliación del Apeadero.
El rechazo y lucha de las vecinas y vecinos viene de atrás, cuando en el 2017, “de madrugada y por sorpresa”, se encontraron con operarios talando medio centenar de árboles, algo que se pudo detener “gracias a la decidida oposición de algunos vecinos”. Sin embargo, ese arbolado que lograron salvar hace cinco años está de nuevo en peligro. “No podemos permitir que vuelva a suceder”, señalan las personas afectadas, que recuerdan: «los eucaliptos servían de límite entre Nuevo Parque y las vías del tren, y, más allá, de la factoría de GSW».
«Esos cipreses, catalpas y laureles proveen a los vecinos de una barrera acústica eficaz frente al ruido del trasiego diario de los trenes, además de ser filtro y retenedor de polución atmosférica en una zona adyacente a una gran fábrica metalúrgica, sin olvidar el refugio de biodiversidad urbana que conforma un conglomerado de vegetación con más de treinta años de arraigo».
Las vecinas y vecinos exigen plantear una alternativa que permita conservar la vegetación presente, para lo que sugieren que se utilice el campo de fútbol o el solar contiguo e incluso construir un aparcamiento disuasorio en el mismo.
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